dimarts, 22 de maig del 2012

DESMONTANDO PREJUICIOS


      En nuestros barrios, en nuestros lugares de trabajo y convivencia, y también en nuestras Parroquias, escuchamos una serie de "PREJUICIOS" sobre los inmigrantes.

  Admitiendo que en muchas ocasiones el funcionamiento de las instituciones es deficiente, la mayoría de las veces, estos prejuicios están basados en el desconocimiento de la realidad.
 
          Se dice: Los inmigrantes reciben todas las ayudas” 

          Hasta ahora, y en el mejor de los casos, las  personas inmigrantes tienen derecho a las mismas ayudas y con los mismos requisitos que cualquier ciudadano autóctono. El requisito principal, a casi todas las ayudas y prestaciones (becas de comedor, renta mínima garantizada,…), son los recursos económicos de los solicitantes; además de otros factores como la edad, el número de personas a cargo o dependientes, familias monoparentales, estar en situación de riesgo social, etc. Es decir, se accede a las ayudas según las condiciones como persona, no existiendo ninguna ayuda específica para extranjeros.
          
Además conviene recordar que, Según la Oficina Económica de Presidencia del Gobierno, el 30% del crecimiento del PIB de España entre mediados de los años 1990 y la primera década de este siglo fue consecuencia del asentamiento de inmigrantes. El 50% del superávit alcanzado por las finanzas públicas en los años de mayor crecimiento de la economía española, de 2002 a 2006, correspondió a impuestos y contribuciones sociales de la inmigración.


Se dice: “Los inmigrantes saturan los servicios
          
Es preciso recordar que cuando los inmigrantes acceden a los servicios públicos es porque tienen todo el derecho a ello, como cualquier ciudadano, y que son las Administraciones Públicas las que tienen la responsabilidad de garantizar unos servicios públicos suficientes y de calidad para el conjunto de la población. Que los servicios públicos estén saturados es una realidad. lo que es falso es que el motivo sea la afluencia de inmigrantes. Los que vamos teniendo más edad sabemos que esa saturación existía mucho antes de la llegada de inmigrantes en mayor número.

En la última década 2000-2010 la población de la comunidad valenciana ha aumentado en 978.545 habitantes Lo que no está comprobado es que haya habido un aumento de los servicios y empleados públicos en cuanto a sanidad, educación y servicios sociales en la misma proporción.

Un estudio realizado por La Caixa, evidencia que los extranjeros consultan un 7% menos al médico de cabecera respecto a la población autóctona y un 16,5% menos al médico especialista. Según los últimos datos disponibles del Sistema Integrado de Usuarios de Servicios Sociales, los extranjeros constituían aproximadamente el 13,7% del total de usuarios, muy próximo al 11,55% que representan en el conjunto de la población. Menos del 1% de los beneficiarios de pensiones en España son extranjeros.
 
Lo que si que resulta realmente costosos para las arcas públicas es el fenómeno conocido como turismo hospitalario que causa un déficit de 2.000 millones de euros al año en todo el estado. ¿En que consiste? Ciudadanos europeos aprovechan las vacaciones a nuestro país para someterse a operaciones y tratamientos sanitarios que no cubren el sistema de salud de sus países. La mayoría de los inmigrantes procedentes de latino américa y África no entran en este concepto de “Turismo sanitario”.


Se dice: “Los inmigrantes nos quitan el trabajo al cobrar menos
          
Como ejemplo a destacar, el papel de las mujeres inmigrantes como cuidadoras de nuestros mayores, posibilitando la incorporación de muchas mujeres autóctonas al mundo laboral. El 80% de las cuidadoras en régimen interno son extranjeras; entre el 55 y el 70% de este empleo permanece en la economía sumergida con muy bajos salarios, sin vacaciones retribuidas ni cotización a la seguridad social. Además de largas jornadas de trabajo y no recibir los oportunos días de descanso
           
No se puede admitir que se responsabilice a los trabajadores y trabajadoras  inmigrantes de los abusos y explotación que sufren por parte de los empleadores que, aprovechándose de su situación de desamparo, precarizan sus condiciones de trabajo y provocan al mismo tiempo una precarización generalizada

Documento completo en:
Estudio de la Obra Social la CAIXA

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